Sustituir los refrescos tradicionales por refrescos dietéticos puede ahorrarnos unas cuantas calorías. Pero no está claro que sean efectivos en las dietas diseñadas para reducir peso. E incluso hay estudios que asocian su consumo prolongado a determinados problemas de salud como el síndrome metabólico.
Cuando hablamos de refrescos dietéticos o light nos referimos a aquellos que en su fórmula utilizan edulcorantes artificiales.
La cuestión es que la mayoría de ellos se suelen comercializar como productos ideales para bajar de peso, o como una alternativa saludable a la bebidas azucaradas. Sin embargo, hay quienes consideran que el consumo habitual de refrescos dietéticos no es recomendable.
H2: Los refrescos dietéticos utilizan edulcorantes artificiales
En primer lugar, hay que saber que no todos los edulcorantes artificiales son iguales ni se comportan de la misma manera en nuestro organismo. Y quizá sea este el motivo de que exista una cierta confusión al respecto.
Los refrescos dietéticos utilizan edulcorantes artificiales, o lo que es lo mismo sustitutos del azúcar tradicional (sacarosa).
Algunos de estos sustitutos se presentan como “naturales” aunque estén procesados o refinados. La estevia es un ejemplo.
Los edulcorantes artificiales son sustitutos sintéticos del azúcar, pero pueden derivar de sustancias naturales, como hierbas o el azúcar mismo.
La sucralosa, por ejemplo, es un edulcorante artificial que proviene del azúcar. Es 600 veces más dulce que el que esta, por lo que se necesita una pequeña cantidad para conseguir el mismo nivel de dulzura, con apenas calorías.
Por otro lado, la mayoría de los edulcorantes artificiales no son carbohidratos. Esto significa que, a diferencia de lo que ocurre con el azúcar, no elevan los niveles de azúcar en la sangre.
Pero no sucede lo mismo con los alcoholes del azúcar, también utilizados como sustitutivos, como el conocido sorbitol, que a pesar de ser un carbohidrato, no se asimila por completo por el organismo, por los que su índice glucémico es menor que el del azúcar.
Si tienes diabetes, lo aconsejable es que preguntes a tu médico o dietista antes de usar cualquier sustituto del azúcar.
Por otro lado, según el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, no existe evidencia científica de que alguno de los edulcorantes artificiales produzca cáncer u otros problemas graves de salud.
Numerosos estudios confirman que como norma general los edulcorantes artificiales son seguros en cantidades limitadas.
Y los distintos organismos competentes en Seguridad Alimentaria confirman que los edulcorantes artificiales son seguros dentro de los niveles de la ingesta diaria admisible.
Los refrescos dietéticos hay que consumirlos de forma ocasional
Entonces, ¿cuál es el problema? Los efectos sobre la intolerancia a la glucosa, la activación engañosa de los receptores de sabor dulce y las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal son los puntos que generan la controversia.
Por otro lado, se sospecha que los edulcorantes artificiales de los refrescos dietéticos pueden contribuir a la aparición del síndrome metabólico.
Cuando ingerimos algo dulce, el cerebro envía señales a nuestro páncreas para que produzca insulina, que es la encargada de almacenar las moléculas de azúcar en nuestras células para obtener energía.
Lo que sucede con los edulcorantes es que, el sabor dulce engaña a nuestro cerebro y nuestro páncreas se activa sin poder obtener la energía calórica esperada. Esta manera de engañar repetidamente a nuestro cuerpo puede estar asociada a la aparición del síndrome metabólico.
Una combinación de afecciones que incluyen: aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en sangre y aumento de peso.
Si la razón por la que estás bebiendo refrescos dietéticos es para reducir la ingesta de calorías y bajar algunos kilos, puede que sean una buena alternativa para ti, siempre que recurras a ellos de forma ocasional.
En resumen, podríamos decir que los refrescos dietéticas son probablemente menos malos que los refrescos normales azucarados.
Pero la mejor opción es desengancharte de las bebidas dulces de forma completa y disfrutar del agua.
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